En plena Guerra Civil, Belchite fue el escenario de una de las batallas más crueles de toda la contienda, pues por su importancia y localización era una pieza vital en la estrategia de avance de los ejércitos de ambos bandos.
En agosto de 1937, el ejército republicano lanzó una gran ofensiva en la zona. Su principal objetivo, la toma de Zaragoza. Pero Belchite, que se había sublevado contra la República y situado a favor del bando nacional, se interponía en el camino, y no era una población precisamente desdeñable.
El ejército republicano se abalanzó sobre el pueblo con más de 8.000 hombres, carros de combate y bombarderos. Belchite se disponía a pasar los días más dramáticos de su larga historia.
Gracias a la elevada moral de sus habitantes y a que disponía de abundantes fortificaciones defensivas de la época de los árabes, Belchite planteó una resistencia que jamás imaginaron los atacantes.
Trece días de asedio, trece días de lucha cuerpo a cuerpo, casa por casa, trece días de bombardeo incesante de aviones y artillería bastaron para convertir Belchite, la hermosa villa de más de 2000 años, en un amasijo de escombros, muerte y espanto.
Y tras esos trece días, el 6 de septiembre de 1937 fue tomada por los republicanos. Seis meses más tarde, las tropas de Franco volvieron a conquistar definitivamente el pueblo; después sólo quedaría el desastre y la destrucción, el estéril sacrificio de tantas vidas y el dolor lacerante para los supervivientes de ambos bandos.
Franco mandó construir un pueblo nuevo en la ladera opuesta de la colina que ocupaba el pueblo viejo, y ordenó que no se tocara ni una piedra del viejo Belchite como símbolo de su victoria y para que nadie olvidara la gesta de sus habitantes.
En las proximidades se construyeron las naves que serían el campo de concentración hacia donde fueron trasladados los presos del bando republicano. Allí, en condiciones infrahumanas y sometidos a trabajos forzados, fueron utilizados como mano de obra gratuita para levantar el pueblo nuevo.
Hoy en día, el pueblo viejo de Belchite es una silueta fantasmal. Sólo algunos pastores lo atraviesan con sus rebaños, buscando algo de alimento en este sediento secano hacia las cañadas que durante siglos atravesó la trashumancia.
Fuente: <a href="http://www.quesabesde.com/noticias/fuendetodos-goya-belchite-guerra_civil,1_3910">www.quesabesde.com/noticias/fuendetodos-goya-belchite-gue...</a> |